lunes, 27 de febrero de 2017

PIET MONDRIAN

     Hace mucho tiempo, el 7 de marzo de 1872 nació en Holanda, un niño llamado Piet Mondrian. A Piet le gustaba mucho pintar desde que era muy pequeño. Su padre, que se llamaba Pieter Cornelius, dibujaba muy bien, así que le enseñó a pintar. Cuando era su cumpleaños sus padres le regalaban un montón de pinceles, pinturas, hojas para pintar y muchos, muchos lápices de colores.

      Un día sus padres le hicieron un regalo muy especial: ¡le llevaron a un museo!
 - ¿Sabes qué es un museo? - le preguntó su madre a Piet.
 - No, mamá, no lo sé - contestó Piet.
 - Pues es un lugar donde se pueden ver los cuadros que han pintado famosos pintores - le contestó su madre.

      Los cuadros eran preciosos y tenían muchos colores. En el museo aprendió lo que era un paisaje. Eran cuadros que representaban la naturaleza.
      También aprendió que había otros cuadros que se llamaban retratos y que eran pinturas de personas. Incluso había algún pintor que se había dibujado a sí mismo, ¡qué gracioso! Y a estos cuadros los llamaban autorretratos.

      A Piet le había encantado visitar el museo, así que decidió que, cuando fuera mayor, quería ser pintor.
      Piet continuó pintado en su casa, pero claro, a él no le salían tan bien los dibujos como los cuadros que había en el museo. Decidió que debía seguir practicando y esforzándose para aprender a dibujar muy bien.
      Después de la visita al museo, Piet decidió convertir su casa en un museo así que, cada cuadro que pintaba, lo colgaba en las paredes de su habitación. Día tras día pintó muchos retratos y paisajes y vio que cada vez le salían mejor y mejor. Como quería seguir aprendiendo, se interesó en conocer lo que otros pintores habían pintado y cómo eran sus cuadros. Sus padres estaban muy orgullosos con su trabajo.
      También empezó a pintar como lo hacían los primeros impresionistas como Monet. Pintaban muchísimos pequeños puntos de diferentes colores y tamaños, que al final creaban formas. Esta forma de pintar se llamó Puntillismo.
      Después de un tiempo Piet ya dibujaba y pintaba muy bien. Podía hacer paisajes, retratos y lo que quisiera. Hasta se hizo un autorretrato.

      Para seguir aprendiendo, Mondrian viajó a Francia, donde vivían muchos pintores importantes de esa época. Allí Piet conoce una nueva forma de pintar que se llamaba Cubismo. ¿Y en qué consistía esta nueva forma de dibujo? Pues los artistas cubistas convertían todo lo que veían en figuras geométricas, como círculos, cuadrados, rectángulos, y así simplificaban los dibujos.
      Estos cuadros cubistas hicieron recordar a Piet los dibujos que hacía cuando era niño. Este estilo le gustó mucho y comenzó a mejorarlo.
      Siguiendo el ejemplo cubista, Mondrian empezó a simplificar muchísimo sus cuadros. Hasta tal punto los simplificó que solo dejó en sus cuadros colores, líneas y formas creando así una nueva forma de pintar que se llamó el Neoplasticismo.
      En sus dibujos más característicos Piet Mondrian solo usaba líneas, formas geométricas y colores puros como el azul, el rojo, el negro o el amarillo. Ninguno más.
      Al final, Mondrian se convirtió en lo que quería ser de pequeño, un pintor, y además, ¡era famoso!
   
El 1 de febrero de 1944 Piet Mondrian murió, dejando su última obra, Victory Boogie-Woogie, sin terminar.

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